miércoles, 22 de julio de 2009

Analicemos la siguiente frase de Dominique Wolton con la que comienza su libro titulado "La otra mundialización"

La mundialización de la información vuelve al mundo pequeñito pero muy peligroso. Cada cual percibe todo, sabe todo, pero advierte también qué cosas lo separan de los demás, aunque sin desear necesariamente acercarse a ellos. El otro, ayer, era diferente pero estaba lejos. Hoy también es diferente pero está en todas partes, en el televisor de la sala de estar tanto como en las terminales de las redes electrónicas. Habrá que hacer, pues, un esfuerzo considerable para entenderse. En todo caso, para soportarse.
Wolton, D. (2004) La otra mundialización. Los desafíos de la cohabitación cultural. Gedisa

1.Desde la perspectiva del acceso, es decir la disponibilidad de recursos tanto materiales como simbólicos necesarios para acceder a las fuentes de información y comunicación que hoy nos ofrecen las nuevas tecnologías, ¿considera usted que el mundo en el que se enmarca su trabajo educativo se ha hecho más pequeño? ¿Qué implicancias tiene la forma en la que percibimos el mundo en la representación que construimos como educadores de la tarea pedagógica?

Me gustaría utilizar el término “cercano” en lugar de “pequeñito”, porque la sensación no es de diminuto sino de amplio pero más a mano. Como versa el saber popular “el mundo es un pañuelo”, en el que cada vez nos encontramos más fácilmente. La percepción del mundo, de su representación, que tenemos tiene que ver con la representación que hacemos del mismo como educadores. Transmitimos aquello de lo que estamos convencidos, lo que compartimos, las ideas que nos resultan afines. Y todo tiene que ver con el modelo de representación que tenemos de ese todo que transmitimos. Los medios son formas de representación de la realidad, el arte es una forma de representación, nuestros conceptos son representaciones de diversas formas de pensar, de elecciones que se hacen en cada momento al dar clase, antes y después. De acuerdo a nuestra forma de representación del mundo, esa misma será la forma que creamos la correcta para que nuestros alumnos adopten. O tal vez no. Pero hoy por hoy la forma de representatividad ha tomado cursos diversos y debemos asimilar que el avance tecnológico produjo otras nuevas, valiosas y al alcance de la mayoría.


2.La mundialización de la que habla Wolton nos permite pensar en la expansión de las fronteras del aula y los desafíos que esto puede generar. ¿Qué tipos de encuentros se producen en su entorno educativo en relación con la mundialización de la que habla Wolton? ¿Qué desafíos presentan estos encuentros? ¿Cambian acaso las fronteras que separan el aula de la comunidad y del contexto más amplio en el que se enmarca?

Se acercan las fronteras, algunos límites se borran pero la escuela está inmersa en ese contexto. No es ajena. Los encuentros los traen los medios masivos. La televisión, la radio, el cine y el diario (en variados formatos), Internet, están instalados en las actividades que los docentes presentan en las aulas, reales o virtuales. Estos usos de la tecnología y la presencia de los medios en la cotidianeidad de todos los actores de comunidad escolar, han actualizado la práctica y expandido los límites de acción. Las posibilidades de investigación que tiene un alumno a través de Internet es más veloz, más rica en posibilidades de lectura, visualización de imágenes y otros usos que los que podemos recordar desde hace “algunos años”. También debemos considerar la posibilidad de orientación que se debe proporcionar para seleccionar el material apropiado de todo lo que encuentra a su paso por la web. El mundo está más cerca pero la selección es, tal vez, más confusa.


¿Quién es el “otro” del que habla Wolton en relación con nuestras experiencias pedagógicas? ¿Se encuentra esta noción del “otro” transformada por el impacto de la tecnología en las prácticas sociales y académicas de nuestros estudiantes?

El otro es “otro” distinto. Los estudiantes tienen acceso a sitios para conocerse, se contactan en comunidades virtuales, chatean con desconocidos, publican sus fotos, videos, se relacionan con sus pares más allá de la escuela a través de foros, mensajes, Conocen otras culturas a través de la proximidad que acarrea la Web. Todo está al alcance de un clic. Pasan más horas frente a la pantalla de su computadora, chateando, que el tiempo que pueden dedicar a una reunión o una cita con otra persona. No importa la edad, ha variado la conducta social. Los teléfonos (celulares) se utilizan para mandar mensajes de texto, pero pocos lo usan para “hablar por teléfono”. La mayoría tiene su página o un blog, pertenece a una comunidad virtual donde se relaciona con sus amigos y los de los otros, conoce parte de sus vidas, como los demás conocen la de suya.
Académicamente no se utiliza solamente como lugar de investigación, de acopio de información, sino que las entregas, los avisos, las devoluciones y gran parte de la vida escolar pasa por la pantalla y el uso de lo tecnológico. Quizás la situación que atravesamos en Buenos Aires en este mes, haya sido una muestra de esto.

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